Es un modelo de gestión de los recursos inmobiliarios que tiene como objetivo la adecuación permanente de estos a la organización con el menor coste posible: Abarca múltiples disciplinas por asegurar la funcionalidad y operatividad de los entornos de trabajo, integrando las instalaciones, los procesos y la tecnología.
En la gestión de las instalaciones lo más importante es:
Organiza y coordina las tareas de mantenimiento preventivo, legal, predictivo y correctivo que ejecutan empresas externas (proveedores) o personal propio de la propiedad.
Garantiza que todas las acciones de mantenimiento y gestión que se realizan en el inmueble (por parte suya, del personal propio de mantenimiento de la Propiedad o por parte de terceros) se ejecutan de acuerdo con el Plan de Mantenimiento elaborado específicamente para la Propiedad.
Es el representante técnico de la Propiedad y por lo tanto actua como tal en varios campos específicos cómo: la custodia de documentación y observación de la normativa vigentes y de aplicación.
Elabora el protocolo de actuación-comunicación en caso de avería de los equipos tutelados.
Realiza la revisión y redacción de contratos de mantenimiento y explotación con empresas terceras.
Establece el Plan de Mantenimiento Predictivo para los elementos de las instalaciones técnicas y de la edificación.
Gestiona y hace propuestas de racionalización en el uso de la energía.